Realidad fragmentada -el peligro del creciente uso de la información
Tendemos a interpretar y a juzgar a las personas y/o objetos a partir de la (poca) información que tenemos de ellas. Veo a una persona y puedo identificar una serie de cosas (la ropa, el peinado, los gestos, el horario, la actitud, etc) y también tengo información que me pueden dar otras personas (que ven a ellas a partir de su punto de vista, su contexto y sus ideas preconcebidas). A partir de eso, recreamos una idea en nuestra mente de lo que es la persona u objeto, de lo que hace en su día-a-día, y además tendemos a juzgarla a partir de esa idea.
Pero en la era de la información, tendemos a confundir la precisión de la información con la precisión de la idea que tenemos. A partir de las herramientas que se utilizan hoy día, tenemos acceso a mucha más información de las personas u objetos: qué postean, dónde están, fotos, videos, en qué horario lo hacen, por donde se mueven, etc. Además, tenemos contacto con muchas más personas que antes, que pueden contarnos cosas (siempre según sus perspectiva) de cómo ven a otras personas o cosas. Y con eso creemos que la idea que tenemos es mucho más exacta, pero olvidamos que normalmente la información que tenemos tiene mucho menos contexto, y tampoco identificamos un montón de cosas sutiles que pueden decir mucho más de una persona (gestos, actitud, y qué hace en la vida real y no digital).
La vida digital de una persona está conformada por múltiples bits de información esparcidos en distintos sistemas: lo que hace en su computadora, lo que hace en su teléfono, lo que hace con los sistemas que lo rodean (usos de tarjetas de crédito, usos de redes sociales, login, registros de entrada y salida, etc). Normalmente tenemos acceso a un fragmento de la vida digital y a otro de la vida real, y con esto construimos nuestra idea de las personas, y tendemos a creer que la idea que tenemos es más precisa por la cantidad o exactitud de esa información.
Lo que no vemos es que la información que tenemos está completamente fragmentada y sesgada. Creemos que lo que vemos en un determinado sistema es la realidad (sé las compras que hizo, pero en realidad no conozco todas sus fuentes de ingresos o todo lo que mueve en efectivo), sin embargo allí estamos dejando de ver una serie de cosas agrupadas que lo hace "fuera del sistema". Si identifico el login en su máquina como el trabajo que está realizando, y no se loguea un día, interpreto que no está trabajando (cuando puede estar trabajando fuera del sistema, sin computadora, o en otra computadora, o en otro sistema, o estar enfermo, o lo que sea que pase en realidad pero no se nos ocurre). Si veo un comentario en una red social, interpreto algo a partir de lo que dijo, o que le sobra tiempo para las redes sociales, o que la foto posteada indica que la persona está disfrutando de unas vacaciones, cuando en realidad está en el baño, o en el auto o transporte entre un lugar de trabajo y otro, o esperando una consulta médica.
El peligro está cuando creemos que la idea que nos hacemos de esa persona a partir de la información que tenemos, si bien es cierto, es precisa porque lo hay margen de error en el sistema, representa la realidad de las personas, cuando la realidad es siempre mucho más compleja que los bits a los que tengo acceso. Y a partir de allí podemos juzgar, enojarnos, o hasta tomar acciones concretas sobre esa persona.
Todo el tiempo los sistemas tratan de acercarse a la realidad, porque alguien que tiene acceso a la información tiene un interés de tenerla para diferentes usos, sin embargo la realidad mucho más compleja puede que engañe a la manera de interpretar o juzgar a partir de esa información. Pude buscar información para un amigo y el buscador juzga que estoy interesado en esa información. Puede que compre un pañal para bebés en Amazon para el vecino, pero el algoritmo juzga que también voy a querer comprar otras cosas relacionadas, o que tengo hijos.
El peligro está cuando usamos a los sistemas no como herramientas para construir, como trampolín para poder alcanzar mayor altura, para poder potenciar a las personas y sus brazos, sus mentes, sino para tomar acción definitiva y real sobre las personas para juzgar, coaccionar, restringir. Utilizar las notas de los alumnos como único factor para definir si tienen o no derecho a concursar (sin haber entrevistado al mismo), utilizar el puntaje de la red social o de la calificación o reviews para tomar una decisión definitiva.
Debo ser conciente que todos estos sistemas de información son parcialistas, sesgados e inclusive pueden "engañarse", y seguro están mostrando solo parte de la realidad, y esta siempre tiende a ser mucho más compleja de lo que imaginamos. La realidad digital, o aún peor, de la idea que nos hacemos en nuestras mentes está lejos de ser la realidad de afuera de la caverna.
Pero en la era de la información, tendemos a confundir la precisión de la información con la precisión de la idea que tenemos. A partir de las herramientas que se utilizan hoy día, tenemos acceso a mucha más información de las personas u objetos: qué postean, dónde están, fotos, videos, en qué horario lo hacen, por donde se mueven, etc. Además, tenemos contacto con muchas más personas que antes, que pueden contarnos cosas (siempre según sus perspectiva) de cómo ven a otras personas o cosas. Y con eso creemos que la idea que tenemos es mucho más exacta, pero olvidamos que normalmente la información que tenemos tiene mucho menos contexto, y tampoco identificamos un montón de cosas sutiles que pueden decir mucho más de una persona (gestos, actitud, y qué hace en la vida real y no digital).
La vida digital de una persona está conformada por múltiples bits de información esparcidos en distintos sistemas: lo que hace en su computadora, lo que hace en su teléfono, lo que hace con los sistemas que lo rodean (usos de tarjetas de crédito, usos de redes sociales, login, registros de entrada y salida, etc). Normalmente tenemos acceso a un fragmento de la vida digital y a otro de la vida real, y con esto construimos nuestra idea de las personas, y tendemos a creer que la idea que tenemos es más precisa por la cantidad o exactitud de esa información.
Lo que no vemos es que la información que tenemos está completamente fragmentada y sesgada. Creemos que lo que vemos en un determinado sistema es la realidad (sé las compras que hizo, pero en realidad no conozco todas sus fuentes de ingresos o todo lo que mueve en efectivo), sin embargo allí estamos dejando de ver una serie de cosas agrupadas que lo hace "fuera del sistema". Si identifico el login en su máquina como el trabajo que está realizando, y no se loguea un día, interpreto que no está trabajando (cuando puede estar trabajando fuera del sistema, sin computadora, o en otra computadora, o en otro sistema, o estar enfermo, o lo que sea que pase en realidad pero no se nos ocurre). Si veo un comentario en una red social, interpreto algo a partir de lo que dijo, o que le sobra tiempo para las redes sociales, o que la foto posteada indica que la persona está disfrutando de unas vacaciones, cuando en realidad está en el baño, o en el auto o transporte entre un lugar de trabajo y otro, o esperando una consulta médica.
El peligro está cuando creemos que la idea que nos hacemos de esa persona a partir de la información que tenemos, si bien es cierto, es precisa porque lo hay margen de error en el sistema, representa la realidad de las personas, cuando la realidad es siempre mucho más compleja que los bits a los que tengo acceso. Y a partir de allí podemos juzgar, enojarnos, o hasta tomar acciones concretas sobre esa persona.
Todo el tiempo los sistemas tratan de acercarse a la realidad, porque alguien que tiene acceso a la información tiene un interés de tenerla para diferentes usos, sin embargo la realidad mucho más compleja puede que engañe a la manera de interpretar o juzgar a partir de esa información. Pude buscar información para un amigo y el buscador juzga que estoy interesado en esa información. Puede que compre un pañal para bebés en Amazon para el vecino, pero el algoritmo juzga que también voy a querer comprar otras cosas relacionadas, o que tengo hijos.
El peligro está cuando usamos a los sistemas no como herramientas para construir, como trampolín para poder alcanzar mayor altura, para poder potenciar a las personas y sus brazos, sus mentes, sino para tomar acción definitiva y real sobre las personas para juzgar, coaccionar, restringir. Utilizar las notas de los alumnos como único factor para definir si tienen o no derecho a concursar (sin haber entrevistado al mismo), utilizar el puntaje de la red social o de la calificación o reviews para tomar una decisión definitiva.
Debo ser conciente que todos estos sistemas de información son parcialistas, sesgados e inclusive pueden "engañarse", y seguro están mostrando solo parte de la realidad, y esta siempre tiende a ser mucho más compleja de lo que imaginamos. La realidad digital, o aún peor, de la idea que nos hacemos en nuestras mentes está lejos de ser la realidad de afuera de la caverna.
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